
Por OMENT
El uso de la bicicleta se ha asociado con diversos beneficios a la salud. Permite aumentar la actividad física diaria, lo cual se relaciona con menores niveles de obesidad y el mantenimiento del peso corporal. En promedio, una persona que pesa 80 kilos gasta 330 calorías por cada media hora a intensidad moderada, es decir, 11 calorías por minuto. Además, el músculo que se gana sigue gastando calorías, aun cuando se encuentre en reposo.
Andar en bicicleta también se relaciona con una mayor salud cardiovascular, ósea y muscular, además de que disminuye el estrés. En vista de estos beneficios, varias ciudades alrededor del mundo han adoptado esquemas de transporte activo, por medio del uso de la bicicleta. En este sentido, el esquema de bicicletas comunitarias se ha vuelto popular como un medio de transporte total y complementario en las áreas urbanas. En México se puede apreciar en la Ciudad de México y en la ciudad de Puebla.
El transporte activo por medio de la bicicleta puede incluir trayectos completos o parciales, es decir, al integrar el uso de la bicicleta en algún tramo al destino. Por ejemplo, tomar un autobús a un punto intermedio y utilizar la bicicleta en el tramo restante. En México, sólo el 1.5% de los mexicanos asiste a la escuela en bicicleta, mientras que el 5.4% la utilizan para llegar a su trabajo.
Además, al utilizar la bicicleta como medio de transporte se reducen las emisiones de CO2 y también el tráfico en la ciudad. Por tanto, se mejora la calidad del aire y se disminuye también la contaminación auditiva en las ciudades, lo cual beneficia a toda la población.
A pesar de estos beneficios, se mencionan también ciertos peligros. Los riesgos del ciclismo urbano incluyen los accidentes de tránsito y una exposición mayor a la contaminación del aire. Sin embargo, la evidencia apunta que los beneficios a la salud superan los posibles riesgos.
Es necesario fomentar el uso cotidiano de la bicicleta. Esto puede realizarse al impulsar políticas en torno a su uso. El escenario ideal sería crear un ambiente seguro para evitar accidentes de tránsito e intentar separar las emisiones contaminantes de los automóviles de las vías utilizadas por los ciclistas.
El uso de la bicicleta se beneficia de una infraestructura adecuada que incluya vías o carriles específicos, además de señalamientos y marcaciones en las mismas. Estudios demuestran que cambios integrales y efectivos en la infraestructura vial en beneficio del uso de la bicicleta aumenta su utilización en la población, disminuye la proporción de accidentes y aumenta la seguridad vial de los ciclistas. Además, se debe complementar con la promoción del uso del casco en todo momento y la educación vial entre los distintos sectores (peatones, ciclistas, automovilistas) para fomentar un mejor y más seguro uso de todas las vialidades.
Por último, con motivo del Foro Mundial de la Bicicleta en la Ciudad de México del 19 al 23 de abril, se presentará el Plan Nacional de Fomento a la Bicicleta. Esto con el objetivo de lograr que, al 2024, el 20% de los viajes urbanos se realicen por este medio.
Te invitamos a hacer uso de los espacios adaptados a la bicicleta, como parte de la celebración del Día Mundial de la Bicicleta, este 19 de abril; y utilizarla de manera recreativa, como medio de transporte y dentro de tu rutina diaria de ejercicio.
Referencias
Instituto Nacional de Estadística y Geografía – INEGI. Principales resultados de la encuesta intercensal 2015.
Pedroso F, Angriman F, Bellows A, Taylor K. Bicycle use and cyclist safety following Boston’s bicycle infrastructure expansion, 2009-2012. American Journal of Public Health: 2016; 106 (12). DOI: 10.2105/AJPH.2016.303454.
Rojas-Rueda D, de Nazelle A, Tainio M, Nieuwenhuijsen MJ. The health risks and benefits of cycling in urban environments compared with car use: health impact assessment study. British Medical Journal: 2011. DOI: 10.1136/bmj.d4521.