
Lisa Rapaport / Reuters / Yahoo
Las personas que hacen mucho ejercicio son menos propensas a tener un infarto que las más sedentarias, aun cuando exista la predisposición genética a la enfermedad cardíaca, de acuerdo con un estudio de Reino Unido.
En medio millón de británicos, aquellos con mayor fuerza de agarre, más actividad física y mejor aptitud cardiovascular tenían menos riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca, aun cuando en su familia había antecedentes de infarto y ACV.