
Rocío R. García-Abadillo / El Mundo
La primera causa de muerte en España son las enfermedades circulatorias, concretamente las isquémicas de corazón (infarto, angina de pecho) -en el caso de los hombres; en el de las mujeres, las isquémicas son la segunda causa tras las cerebrovasculares-, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticapublicados en febrero de este año. Es normal que oír la palabra infarto asuste.
Pero hay muchas otras enfermedades que a priori no causan tanto temor porque son más desconocidas, están infradiagnosticadas o, en muchos casos, no se conocen sus terribles consecuencias. Es el caso de la hipercolesterolemia familiar (HF), la enfermedad genética más frecuente (un afectado tiene el 50% de posibilidades de transmitirlo a sus hijos) que sufre, al menos, 1 de cada 400 personas. En España se calcula que hay entre 100.000 y 150.000 personas con HF, aunque el 80% está sin diagnosticar. La enfermedad provoca que desde el nacimiento se tengan índices altísimos de colesterol, especialmente del conocido como malo (LDL). El exceso de colesterol, especialmente el LDL, se pega a las paredes de las arterias como la cal en las cañerías, llegando a atascarlas. Es lo que se conoce como aterosclerosis, que puede desembocar en infartos y accidentes cerebrovasculares en edades tempranas.