
Omar Páramo/edición: Francisco Medina / UNAM
Somos un reflejo de nuestro ambiente y si vivimos en uno deteriorado o amenazante estaremos más propensos a padecer enfermedades no transmisibles (ENT) como diabetes, obesidad o hipertensión, pues lidiar con entornos adversos genera estrés crónico y éste, a su vez, favorece dichas afecciones. No obstante, la medicina convencional suele obviar esto y, por lo mismo, soslaya la repercusión del medio en los organismos, señaló Edgar Gaytán Ramírez, académico de la chilena Universidad de Concepción y doctor por la UNAM.
Sobre cómo surgió su interés en el tema, el antropólogo indicó que todo se remonta al sábado 27 de febrero de 2010, cuando un sismo de 8.8 grados en la escala Richter sacudió a Chile y provocó un tsunami que dejó dos millones de damnificados, muchos de los cuales se concentraron en villorrios formados por casas de madera mejor conocidas como “doble agua”. Como hicieron miles de ciudadanos entonces, Gaytán se ofreció a apoyar a los desplazados.