
Investigación y Desarrollo
Por día, las glándulas salivales de la boca producen aproximadamente un litro y medio de saliva; gracias a ella, en la masticación, el alimento seco, desmenuzado o en proceso de desintegración se convierte en una masa blanda y húmeda, el llamado “bolo alimenticio”, que permitirá su paso por el esófago sin que haya atragantamiento.
La saliva cumple funciones muy importantes en el organismo, pues ayuda en la masticación y deglución, así como en la eliminación de las partículas de alimentos, en especial azúcares y harinas refinados; además participa en la lubricación de la mucosa oral, en el sentido del gusto y en el proceso de habla.
Sin embargo, el elevado nivel de glucosa en sangre afecta el funcionamiento de las glándulas salivales que de no producir la sustancia se propicia la proliferación de bacterias y hongos que pueden formar colonias en cualquier zona bucal.