
El Economista / EcoDiario
La comida rápida puede causar trastornos digestivos, renales y hepáticos, además de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, arteroesclerosis y dislipemias como hipercolesterolemia o hipertrigliceridema, ha alertado la nutricionista de Policlínica Gipuzkoa, Eider Sánchez.
Si se consumen a menudo, además, crean malos hábitos alimenticios y situaciones de déficits nutricionales, como falta de vitaminas y minerales. En cambio, aportan alta densidad calórica.