
El Economista / EcoDiario
La grasa que se acumula en las profundidades del abdomen, más que cualquier otro tipo de grasa corporal, eleva el riesgo de resistencia a la insulina y diabetes tipo 2. Los investigadores han sabido que la grasa abdominal se vuelve peligrosa cuando se inflama, pero ha sido difícil determinar qué causa la inflamación.
Un nuevo estudio en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia (CUIMC, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, revela que al menos uno de los culpables de esta misteriosa inflamación proviene del hígado. Los autores encontraron que, en ratones obesos, el hígado aumenta su producción de una enzima llamada DPP4, que viaja a través de la corriente sanguínea a la grasa abdominal. Una vez dentro del tejido adiposo, DPP4 ayuda a activar las células inflamatorias.