
A. Otero / ABC
La esteatosis hepática no alcohólica –esto es, el consabido ‘hígado graso’– se corresponde con la enfermedad hepática más común el todo el mundo. Concretamente, se estima que el 30% de la población general y hasta un 70-90% de las personas con obesidad o diabetes tipo 2 padece esta enfermedad que, si bien asintomática, no resulta ni mucho menos inocua. De ahí la importancia de prevenir la aparición de esta enfermedad para la que aún no hay ningún fármaco capaz de frenar su progresión. Y no solo en adultos, sino también en niños y adolescentes, en los que este hígado graso también es la enfermedad hepática crónica más frecuente. Pero, ¿qué hay que hacer para prevenir esta patología en los menores? Pues en primer lugar, evitar el exceso de peso. Y es que como muestra un estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina y Cirugía Vagelos de la Universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU.), los niños que a los tres años tienen un perímetro de cintura demasiado ‘amplio’ para su edad presentan un riesgo mucho mayor de padecer esteatosis hepática no alcohólica una vez cumplidos los ocho.