
R.I. / ABC
Los profesionales de la salud deberían empezar a considerar la soledad como un factor de riesgo independiente para la enfermedad cardiovascular al mismo nivel que otros considerados más tradicionales, como fumar, beber, hacer ejercicio, etc. Estas son las conclusiones de un estudio coordinado por Christian Hakulinen, de la Universidad de Helsinki (Finlandia), que por vez primera ha tenido en cuenta todos los factores relacionados con la enfermedad cardiovascular a la hora de determinar el papel que desempeña el aislamiento social y/o la soledad en el riesgo de muerte.
La pérdida de las exiguas redes sociales, especialmente en las personas mayores, hacen que una parte muy importante de la población viva en soledad. Según las últimas cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística en su «Encuesta Continua de Hogares 2016» el 18.1% de la población en nuestro país, con 1.800.000 de personas mayores de 65 años, vive sola. De hecho, según este organismo, cerca del 60% (59% en concreto) de las personas mayores que viven solas reconocían y expresaban tener sentimientos de soledad y aislamiento.