
M. López / ABC
La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica englobada en las denominadas ‘patologías autoinmunes’, en las que el sistema inmunitario ataca por error al propio organismo –en este caso concreto, a las células beta de los islotes pancreáticos, responsables de la producción de insulina–. En consecuencia, y dado que la insulina es la hormona responsable de que las células capten la glucosa de la sangre para producir energía, el torrente sanguíneo acaba portando un exceso de glucosa, lo que acaba provocando daños en múltiples órganos del cuerpo. Entonces, ¿puede esperarse que las dietas muy bajas en carbohidratos, o lo que es lo mismo, en azúcares, ayuden a controlar el azúcar en sangre y, así, evitar las complicaciones asociadas a la diabetes tipo 1? Pues según un estudio llevado por investigadores del Hospital Infantil de Boston (EE.UU.), es muy posible que sí.
Como explica Belinda Lennerz, co-directora de esta investigación publicada en la revista «Pediatrics», «las dietas con un contenido muy bajo en carbohidratos pueden mejorar el control del azúcar en sangre en los pacientes con diabetes tipo 1. Todo ello, además, con una baja tasa de episodios de hipoglucemia y otras complicaciones».