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Los nutricionistas hablan de trayectoria de crecimiento acelerado cuando un bebé tiene un peso elevado al nacer y un incremento rápido de peso en la infancia. A partir de ese concepto, un estudio coordinado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha visto que las embarazadas que siguen una dieta mediterránea tienen menos riesgo de que sus hijos tengan una trayectoria de crecimiento acelerado. O de otro modo, la dieta mediterránea de la madre reduce el riesgo de que su hijo tenga sobrepeso.
La investigación se planteó como objetivo evaluar la relación entre el seguimiento de la dieta mediterránea durante el embarazo y las trayectorias de crecimiento y el riesgo cardiometabólico durante la primera infancia. Esta dieta es un patrón de alimentación saludable que se caracteriza por un alto contenido de frutas, verduras, aceite de oliva, legumbres y nueces. Este patrón dietético se ha asociado con un menor riesgo de obesidad y riesgo cardiometabólico en personas adultas, mientras que en niños y niñas los estudios son escasos.