
A. Otero / ABC
Los niños y adolescentes representan la mayoría de los 334 millones de personas que padecen asma en todo el mundo. Un aspecto muy a tener en cuenta dado que, si bien esta enfermedad crónica caracterizada por una dificultad recurrente para respirar remite de forma espontánea antes de alcanzar la edad adulta en un 80% de los casos, el asma se asocia a una mayor probabilidad de aparición de patologías graves y potencialmente mortales, caso de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Es más; un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles (EE.UU.) alerta que los niños con asma tienen un mayor riesgo de convertirse en infantes y/o adolescentes obesos y, por tanto, de padecer numerosas enfermedades adicionales.
Como explica Zhanghua Chen, director de esta investigación publicada en la revista «American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine», «el asma y la obesidad se presentan en muchas ocasiones de una forma conjunta en la infancia, pero todavía se desconoce si los niños asmáticos tienen un mayor riesgo de desarrollo de obesidad, si los menores obesos acaban padeciendo asma, o asma. Y en este contexto, nuestros resultados refuerzan las evidencias de que un historial de asma en los primeros años de la vida puede aumentar el riesgo de obesidad infantil».