
El Economista / EcoDiario
El reloj interno controla todas las funciones vitales en el cuerpo: La temperatura corporal, así como la presión arterial o la liberación de ciertas enzimas están sujetas a oscilaciones durante todo el día, el llamado ritmo circadiano. Ahora, un equipo liderado por el profesor Oliver Söhnlein, de ‘Ludwig-Maximilians-Universität München’ (LMU, por sus siglas en inglés), en Alemania, ha demostrado la influencia de los ritmos circadianos en la aterosclerosis, una enfermedad vascular que en última instancia puede llevar a ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares.
El doctor Oliver Söhnlein, cuyo trabajo se publica en ‘Cell Metabolism’, investiga los mecanismos moleculares subyacentes a la aterosclerosis en el Instituto de Prevención Cardiovascular. Durante esta enfermedad, se pueden formar depósitos de lípidos en la pared vascular interna de las arterias grandes. Las células del sistema inmune viajan desde la sangre hasta la ubicación dañada y atraen más y más células a través de sustancias de señalización hasta que finalmente la reacción inmune se descarrila.