
Notimex
La falta de sueño, el estrés y hasta la zona donde habita la persona también pueden influir en el peso del individuo, no sólo la inactividad física o los malos hábitos alimenticios, sostuvo la directora del Programa para la Prevención de Obesidad y Afecciones Cardiovasculares del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, Sonia Arteaga.
Una persona que vive en una situación económica difícil y reside en zonas peligrosas evita exponerse a las amenazas reduciendo su estancia en el exterior, esto tiene un impacto en el nivel de actividad física que desempeña diariamente, señaló la especialista en entrevista con Notimex.